domingo, 24 de marzo de 2013

DOMINGO DE RAMOS

Al comenzar en día, lo primero que recordaba al levantarme es que parecía como si fuese ayer cuando en la Semana Santa del año pasado, tuvimos que volver desde Plaza Mayor hasta el barrio de Los Ángeles acompañando y llevando a nuestro Cautivo a su casa. El tiempo ha pasado rápido y de nuevo nos encontramos ante otro Domingo de Ramos.

Ha sido una semana dura, pues las previsiones meteorológica daban aún un peor presagio que el del año pasado, pero según han ido pasando los días, parece ser que aunque sea entre nubes y sol, podremos rachear, podremos hacer la cuna al costal, podremos pasear a nuestro Señor por las calles de Ciudad Real.

 Fue duro el palo del año pasado cuando con la esperanza de que todo saldría bien, el cielo se cerró en cuestión de minutos y toda la ilusión y alegría, se convirtió en tristeza y lágrimas. Después de un momento como este, siempre queda la voluntad de resarcimiento y para un cofrade, la única forma de hacerlo es esperar un año y dar con toda su voluntad, la fuerza y el sentimiento que no pudo dar el año anterior. Ese momento ha llegado y tenemos ya no solo la oportunidad de hacerlo, sino que tenemos el deber. El deber con la hermandad, el deber con los cofrades y como no, el deber con nosotros mismos.

Ajustense sus mejores prendas sea cual sea su función en el día de hoy, pues el Domingo de Ramos ha llegado.

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