NUESTRA HISTORIA.....

La historia de los Hermanos costaleros es prácticamente muy reciente. En Granada este movimiento surgió en el año 1977, dado que antes las cuadrillas de costaleros eran asalariadas y pocas eran las personas, como el caso de Torcuato Martínez, uno de los primeros Hermanos Costaleros de Granada, si no el primero, ya que de su bolsillo pagaba a uno de estos costaleros asalariados para salir de costalero bajo las andas de Nuestro Padre Jesús de la Amargura, de la Hermandad del Vía-Crucis.

Pero el origen del costalero viene desde mucho más atrás. Los primeros datos que se obtuvieron, aparecieron en unos grabados en el archivo de la Catedral de Sevilla. Están fechados en 1647 cuando portaban sobre sus hombros las andas del Corpus Chrísti de la capital hispalense. Y sería en 1686 cuando ya lo portaran a costal.

Será a partir de finales del Siglo XIX cuando se empiece a tener unos conocimientos más precisos. Y la primera aproximación a lo que conocemos ahora hay que buscarla en Sevilla, en capataces como Gonzalo y Juan Moreno, que iniciaron la transformación del léxico de capataces y costaleros.
En la transición del Siglo XIX al XX, surgieron nombres muy importantes como Ayala, Palacios y Rafael Franco Luque. Este último ha sido considerado el mejor capataz de todos los tiempos, ya que él fue quien creó la lista previa y el cuadrante y el que en 1908 formó cuadrilla propia y saca su primera cofradía, La Sagrada Mortaja.
Otra de las grandes innovaciones que realizó fue mediante su indumentaria, traje y corbata negra imprimiendo un estilo sobrio, disciplina, más silencio y los faldones bajos.
Al año siguiente sacó al Gran Poder y los cantaros solo llevan agua en lugar de vino blanco, que era lo habitual por esa fecha. Como anteriormente se hizo mención, las cuadrillas eran asalariadas y el jornal oscilaba en la década de los años 20 en torno a las 10 pesetas (0,06 €) por cofradía. En la década de los 50, entre las 76 pesetas de San Esteban y las 100 pesetas de la Amargura. En la década de los 60 el jornal se situaba entre las 165 pesetas y las 375 pesetas que pagaba excepcionalmente la Hermandad de la Macarena.

En los años 40, aumentó la afición por la trabajadera y aparecieron nuevos capataces como Alfonso Barrero - Seriedad -, Julián Sánchez - propulsor de los hermanos costaleros -, y Manuel Bejarano - que introdujo el paso "racheao" en la cuadrilla del Gran Poder - .
A comienzos de la década de los 60, D. José María Arroyo párroco de Santa Ana, nombra a Madre de Dios del Rosario como Patrona de Capataces y Costaleros de Sevilla.

El 17 de Abril de 1973, siendo Martes Santo, sale la primera cuadrilla de Hermanos Costaleros con el Cristo de la Buena Muerte de la Hermandad de los Estudiantes. Siendo el primer capataz Salvador Dorado "El Penitente" y el segundo capataz Manolo Santiago.
En 1976, la Hermandad de San Esteban fue la primera que sacó sus dos pasos con Hermanos Costaleros.

Será en 1977 cuando surja un fenómeno sin precedentes, los jóvenes comienzan a acercarse al mundo de las cofradías a través del costal. Parece ser que el nuevo movimiento costalero que había comenzado con los estudiantes sevillanos motivado por la crisis de costaleros asalariados, se extendió por muchas ciudades y pueblos de Andalucía.

En Granada, en 1978, fue la nueva Hermandad de Nuestro Padre Jesús del Amor y la Entrega y María Santísima de la Concepción (que procesionaba por aquel entonces al Cristo de las Eras de la Ermita de San Isidro hasta 1983 que fue sustituido por la imagen actual de Jesús del Amor y la Entrega), la que en su primera salida procesional portaran los pasos sus propios costaleros. Paralelamente, surgen los de la Paciencia, los de la Victoria y los costaleros de la Santa Cruz.

El surgimiento de las cuadrillas formadas por cofrades y devotos se multiplicaron con rapidez, cubriendo a comienzos de los ochenta las necesidades de nuestros pasos. Labor desinteresada, comprometida y respetuosa con la esencia cofrade.

Esto conllevó a un enorme desahogo para la débil economía que sustentaban las Hermandades y lo que aún es más importante, la incorporación de una juventud deseosa de colaborar y mejorar la situación de las cofradías granadinas.
De todo este movimiento costalero hay un elemento significativo que marcará el posterior desarrollo de las cuadrillas. Este es la independencia de las cuadrillas respecto de la Cofradías.

Estas cuadrillas mantenían una actividad realmente distante de su Hermandad, limitándose exclusivamente a la salida penitencial. Las causas había que buscarlas en la falta de actividad de las hermandades por parte de quienes las gobernaban, por falta de compromiso cofrade e incluso por rechazo de ciertas Juntas de Gobierno hacia el costalero como hermano, actitud todavía viva en alguna que otra hermandad, donde el ser hermano es una condición opcional del costalero exigiéndole solamente el pago de la papeleta de sitio y no la cuota de hermano. Afortunadamente decir costalero en la mayoría de las cuadrillas es hablar de Hermanos Costaleros.

En los años siguientes se va incorporando el movimiento costalero a otras hermandades hasta contar con cuerpo de costaleros casi todas ellas. Siendo el año 2002 la última Hermandad en incorporarlos la de Jesús Cautivo, que hasta el año 2001 los portaban los costaleros de la Hermandad de la Estrella desinteresadamente.