viernes, 19 de septiembre de 2008

"¿Hay ahora más cofrades jóvenes que antes?" -}Parte 1{-


Yo creo que hay más jóvenes a los que le gusta la Semana Santa, pero como está tan mal visto por las amistades en esas edades, pues bien puedes decir que me gustan los videojuegos, me gusta tal o cual grupo musical, etc., pero decir me gusta la Semana Santa ya provoca miradas raras, comentarios vejatorios e insultantes y todo tipo de recelos. Ser cofrade en nuestra época e incluso admitir que uno es cristiano y cree en algo que significa ser objeto de burlas, pues no está dentro de lo que en los círculos juveniles se considera ser políticamente correctos. Está tan mal mirado como salir por las noches y no beber (curioso esto). Está mucho mejor visto en este sentido una persona que toma psicotrópicos que una que admite sentir devoción y ser cofrade.
Así las cosas, esta peculiar manera que tiene la juventud de mirar todo aquellos que se salga de lo considerado “de moda o “correcto, el joven cofrade no se da publicidad: los hay, y muchos, pero prefieren vivir en el anonimato y no dejar que los demás descubran su “afición”. Sin embargo baste mirar en este foro las edades de los participantes, con prácticamente un 50 por ciento de personas menores de 18 años y un gran numero con 13, 14 o 15 que sienten y saben de esta fiesta tanto como yo puedo saber y sentir con 23.

Pero aun así, muchas veces, vemos que probablemente algunos se equivocan en parte en verdadero sentido de esta bendita locura que disfrutamos una semana al año y solo aprecian y ven demostraciones externas, lo que sale a la calle, dando importancia solo a la música, costaleros y enseres en ves de al sentido interno de una hermandad. La participación es más bien escasa dentro de la vida de la hermandad de estos jóvenes, pero existe el gran problemas de que en muchas ocasiones estas hermandades son auténticos núcleos cerrados familiares en los que resulta participar más allá de la mera estación de penitencia, resultando complicadísima la integración de la juventud en la vida interna puesto que prácticamente no se les deja hacer nada.


Por otro lado, resulta muy complicado para estos jóvenes sacar tiempo para su hermandad , cuando muchos de ellos no tienen padres cofrades y dicen en casa “voy a la casa de hermandad” muchos padres se ponen las manos en la cabeza. Y cuan difícil decir a las amistades esta misma frase, te conviertes inmediatamente en el centro de las burlas. Tanto desde el punto de vista del entorno familiar como en los círculos de amistades, está mucho mejor decir que voy al entrenamiento de fútbol o voy a salir por ahí, pues se considera más “sano” y adecuado para la edad, pues hay gente que ve en las hermandades y su mundo unas connotaciones morales extrañas y peligrosas que en realidad no tienen, algo así como “sectas” que pueden influir en la manera de ser y pensar de nuestra juventud peligrosamente.

Es lógico pues, que entonces nuestra juventud dirija sus “aficiones” cofrades hacia la participación y ensayo en una banda de música o en una cuadrilla de costaleros, mejor vistas quizás por ser un ente en parte ajeno a la hermandad en si y su vida interna que realiza una actividad grupal lejos de las “peligrosas” influencias religiosas.

Más adelante completaremos el documento para hacer más apacible, legible y agradable el texto, debido a su gran extensión.

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