La elección fue mía y no de nadie,. Y al igual en el aso de las hermandades, fueron mis propios gustos los que me vincularon a la Semana Santa, no lo que nadie me dijera. Así pues puede recibir un niño la educación de los padres quieran en cuestiones cofrades que cuando llegue a la preadolescencia, tomará el camino que desee y se alejará o seguirá por el camino que le marcaron, generalmente como suele ocurrir hoy día, mucho más influido por su círculo de amistades que por la educación recibida.
Aún así son muchísimos cofrades que saben y entienden lo nuestro, no confundirles con aquellos que van a ver nuestras cofradías por echar el día y beber una litrona. En este foro he encontrado grandes amigos de corta edad que realmente me ilusionan en el devenir de nuestras cofradías en el futuro, veo buenas manos para continuar el trabajo.
Por último, decir que en un cofrade, no hay nada distinto a otra persona. Un joven cofrades puede ser tan sano como lo es otro, solo que tiene gustos diferentes y se preocupa y aprende cosas sobre cosas que otros no adquiriendo otro tipo de culturas.
No somos bichos raros, ni personas acomplejadas como otros creen ver en un cofrade y además joven. Mis otras amistades cofrades que conocí bastante tarde, somos personas normales y naturales, no se porque aquellos a nuestro mundillo cofrade, creen ver en nosotros a bichos raros acomplejados y enajenados en pensamientos religiosos y fanatismos. Nada más lejano a la realidad.
Este es el comentario de un cofrade perteneciente a un foro, quizás se extendió demasiado, pero para mi punto de vista creo que lleva suficiente razón para expandirse de esta manera.
Hoy en día, aunque cada vez creo que se va aceptando más, el hecho de pertenecer a una hermandad quizás no llame mucho la atención, pero si ya nos ponemos ha hablar de que tengo que ir a la casa de hermandad, hoy no me puedo acostar muy tarde porque mañana tengo ensayo de costaleros, me he comprado un costal, el hecho de escuchar marchas de Semana Santa… son hechos que a las personas de nuestro ámbito todavía les sorprende, e incluso muchos lo ven con rareza.
Esto lo vemos en expresiones como “pues si voy a meter el cuello ahí debajo, ¿para qué?” “vaya tontería hacerse daño por salir”… y muchas más que me tiraría aquí todo el día nombrando.
Pero bueno la juventud de hoy prefiere emborracharse, a ver quién se coge el mayor pedo y luego vomitar, de mayores tendrán cirrosis, pero bueno parece que no lo saben.
Poco más hay que aportar, porque ese cofrade lo ha dicho todo muy completo.
Pero en fin, habrá que ir acostumbrándolos poco a poco, a vernos con normalidad, porque si nosotros tememos también esos comentarios, estaremos aportando más a que cada vez lo vean más extraño, a que lo vean como algo más de la vida diaria.
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