Misión Imposible II

Escrito por José Cretario

Leyendo los mensajes que los televidentes del programa Semana Santa de Sevilla Televisión dejaron en la web pasionensevilla.tv mientras se emitió el programa de la semana pasada compruebo como se está creando un escenario extremadamente delicado en torno al Sábado Santo. Ahora que ya está prácticamente cerrada la salida del Sol en 2009 hay hermandades de vísperas o incluso agrupaciones que ven en el último día de la Semana Santa el hueco que quisieran para ellos. Me resultó curioso y hasta desconcertante comprobar que bastantes de quienes respondieron a la pregunta planteada “Cómo será el Sábado Santo del futuro” lo imaginaban como un día con siete u ocho hermandades, al estilo del resto de las jornadas. Fíjense el orden que llegó a plantear un participante: San José Obrero, El Sol, Pasión y Muerte, Los Servitas, La Trinidad, El Santo Entierro, La Soledad y El Resucitado. Sí, eso mismo que usted está pensando, un día absolutamente desfigurado. Da la impresión de que el espíritu revisionista del nuevo Consejo y las palabras que a veces deja caer el Cardenal está provocando que afloren falsas expectativas dentro de la euforia que viven las hermandades de vísperas. El ejemplo más contundente es el de la Misión que nada más crearse como cofradía de penitencia -el año pasado- levantó la mano para pedir sitio, señalar el viernes santo (están registradas las palabras del entonces hermano mayor) y ahora vuelve a levantarla para que no se olvide su reclamo. Si no se hubieran creado tantas expectativas, esta presión que sufre y va a seguir sufriendo el Consejo, sería inexistente. Ese sábado santo al que miran muchos es una jornada que como el jueves, madrugada y viernes tiene límites físicos y hasta metafísicos. La Catedral no puede estar abierta más allá de las diez de la noche, hora en la que termina de pasar la Virgen de la Soledad, porque hay que preparar la vigilia pascual. Cuando el Sol se incorpore el año que viene iniciará su recorrido en la Campana a las 17’10. Una cofradía más por delante colocaría el comienzo del Sábado Santo en unas horas similares al Domingo de Ramos, Lunes y Miércoles Santo, jornadas que tienen un carácter muy distinto al del último día de la Pasión. Que es por tanto mejor, ¿que se sigan alimentando esperanzas o que se localicen ya y definitivamente esas verjas que tiene el campo de la Semana Santa? Me parece que ya es hora de salir al campo y hacer el mapa no vaya a ser que entre una cosa y otra, entre que se encuentra la verja y no, entre las expectativas y las palabras mitrales, al final esto se convierta en una viña sin vallar.