jueves, 25 de diciembre de 2008

LA NAVIDAD EN ESPAÑA Y AMÉRICA LATINA

Por Aleida Duran

La celebración de la Navidad ha variado a través de las centurias transcurridas desde la colonización. Las primeras tradiciones traídas de España al Nuevo Mundo fueron castizas, pero más tarde se acriollaron y cada región las revistió con su propio sabor local. Sin embargo, las devociones religiosas, los cantos, las oraciones en honor de la Sagrada Familia, continúan festejando el milagro de Belén.

A pesar de la influencia de Estados Unidos a través de la televisión que llega a Hispanoamérica, en sus naciones la mayor parte de los niños aún esperan ilusionados que los Reyes Magos les traigan los regalos que ellos les pidieron en su carticas. Posiblemente Santa Claus reciba escasa correspondencia de España y de la América al sur del Río Grande.

En España, hasta hace algunos años, la Navidad no se celebraba intercambiando presentes, por lo que en los días precedentes a ella el ajetreo es de gente divirtiéndose, no buscando regalos en los comercios. Allí es una fiesta de alegría. Es a los necesitados, a las personas de respeto y a las que han hecho algo por otros a quienes se regalaba. Hoy día, España se ha sumado a la febril actividad del consumo, con hábitos similares a los del resto de Europa.

A continuación, ciertos rasgos destacados de las celebraciones en algunos de los países de América Latina:

MEXICO

Las celebraciones del nacimiento de Jesús en México tienen un colorido muy festivo. Alegría desbordante y profunda fe religiosa. Son famosas sus posadas, que comienzan nueve días antes de Navidad y representan el peregrinaje de José y María buscando una posada en la que ella pueda alumbrar a su hijo.

Se trata de grupos más o menos grandes, en procesiones iluminadas con velas y precedidas por niños que llevan un nacimiento de barro cocido. Pueden visitar uno o más hogares y siempre cantan unos versos a nombre de José pidiendo posada. Los de la casa responden que no hay y, después de la "conversación" cantada entre los "peregrinos" y los "posaderos", finalmente éstos abren la puerta y les ofrecen tamales, atole de chocolate (bebida caliente a base de harina de maíz y sabor de chocolate) y otras golosinas. Los niños reciben siempre dulces y regalitos previamente colocados en una piñata.

Como son diferentes grupos visitando distintos hogares, las calles resuenan con la alegría contagiosa de un jolgorio de carnaval.

El día de Navidad se celebra una misa solemne y los festejos continúan hasta la Epifanía, cuando los tres Reyes Magos pasan en el silencio de la noche dejando regalos para los niños.

CENTROAMERICA

La Navidad en los países de América Central es bastante similar a la de México, con muy ligeras diferencias. La guatemalteca Lucía Molina, oficinista, dice que en su país las fiestas comienzan el 12 de diciembre, día de la Virgen de Guadalupe, patrona de México y de las Américas. Como la mayoría de la población es de origen maya, o mestiza (maya-española), a muchos niños se les viste como indígenas y tocan con palillos un tambor característico hecho de caparazón de tortuga, mientras todos comen pasteles y beben atole. Este puede saber a chocolate o estar aromatizado con sabores de frutas. Durante toda la temporada la Iglesia Católica tiene un lugar preponderante, igual que los nacimientos y los relatos bíblicos.

En El Salvador, como en México, se presentan las pastorelas, dramas medievales que fueron traídos de Europa por los españoles durante la conquista. Aunque conservan el tradicional mensaje, su lenguaje ha sido modificado con el paso de los años. Son presentadas en lugares públicos, como los parques, o en las iglesias. Sus temas son el nacimiento de Jesús y la peregrinación de los pastores hacia Belén.

Rosenda Majano, quien nació y vivió en el campo en El Salvador hasta que emigró a Estados Unidos hace unos años, dice que desde meses antes de la Nochebuena las familias comienzan a engordar, unas un pavo, otras gallinas criollas. También, antes de ese día, la gente reune toda la basura de su casa, incluyendo muebles inservibles y hacen con todo ello grandes fogatas en los patios.

Las posadas se repiten aquí y quienes reciben brindan tamales de harina con pollo o con cerdo. Por todas partes estallan cohetes.

Los católicos van a la Misa del Gallo (o a la del día siguiente, Navidad). Para la cena de Nochebuena, se sirve el pavo (o las gallinas), pupusas (tortillas con especias, tomate y carne de res o pollo) y, según ella, "los que pueden" sirven ensaladas además.

En San José de Costa Rica, en el día de Navidad la ciudad se ilumina de manera muy especial, a lo cual se añaden las luces de Bengala, cohetes, fuegos artificiales. Abren parques de diversiones con toboganes, carruseles, ruedas de la fortuna. Para los adultos hay ruletas, tiros al blanco y toda clase de juegos de azar. Se presentan corridas de toros mansos con toreros aficionados, partidos de fútbol y carreras de ciclistas. Todo esto, después de los bailes populares y familiares que siguieron a la cena de Nochebuena.

En Panamá se organizan concursos para premiar los esfuerzos de los ciudadanos en el ornamento navideño de sus calles y barrios, y se arman nacimientos en las calles.

EL CARIBE

En Puerto Rico, República Dominicana y Cuba (exceptuando esta última en un período de varias décadas), la Nochebuena tiene diferencias muy pequeñas: en las tres hay Misa de Gallo y, tras ésta, la cena con puerco asado, fricasé de pollo o de gallinas de Guinea, congrí (arroz con frijoles negros), plátanos verdes fritos, ensalada, turrones españoles y dulces hechos en casa, en Cuba; más o menos lo mismo en Puerto Rico pero el arroz es con gandules y los deliciosos pasteles (con plátano verde molido y carne, envueltos en hojas de plátano).

La Navidad fue suspendida en Cuba desde los primeros años de la década de 1960 y eliminada oficialmente del calendario a partir de 1970. Hace pocos años, como preparación a la visita del Papa Juan Pablo II, el gobierno permitió una pequeña apertura religiosa.

"La gente muy religiosa nunca dejó de celebrar, a veces de manera oculta, la Navidad. Ahora ya la celebración es imparable. Las iglesias se repletan y los que tienen dólares pueden comprar arbolitos y comestibles", dijo María López, quien regresó a principios de este mes de visitar a su madre en La Habana.

AMERICA DEL SUR

En pueblos del Departamento del Cauca en Colombia existe una costumbre de origen muy antiguo. Trovadores llamados chirimias recorren las calles entonando villancicos que son acompañados con música de flautas. Al terminar sus cantos, los oyentes les recompensan con algunas monedas y los trovadores continúan su jornada hacia otra zona.

En Venezuela el 25 de diciembre es un día para estrechar lazos familiares y amistosos; se visitan unos a otros. En estos dos países los regalos son traídos a los pequeños nada menos que por el Niño Dios.

En Sicuani, Perú, la fiesta de los Reyes Magos se ha apartado del significado religioso. Los Reyes representando tres culturas compiten en carreras de caballo. Si gana el rey blanco español, es señal de pobreza y malas cosechas. Si la victoria es del rey negro, el pueblo sufrirá terribles epidemias. Solamente la victoria del rey indio les asegura felicidad y abundancia.

En las grandes ciudades de Argentina y Brasil se han importado el nevado arbolito de Navidad y el muérdago que, junto con el Nacimiento, adornan las ciudades, las tiendas y los hogares.



Como podemos ver, al fin y al cabo, la tradición de cada zona del mundo puede ser muy parecida o muy diferente, pero es una fiesta que todos utilizan para el mismo fin. Unir lazos familiares, pasar un buen rato y sobre todo tener en la cabeza el origen de esa fiesta.

Pero demuestra que aunque estemos dentro de una humanidad muy extensa y diversa, tenemos patrones comunes que nos unen entre si, como hijos de un mismo padre...

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