lunes, 31 de mayo de 2010

Una firme estrategia comunista contra el sector cofrade



PASIÓN SEVILLA
Para muchos artesanos es evidente que la situación a la que se ha llegado con el asunto del Parque de Arte Sacro viene determinada por el poder de IU en la empresa municipal Sevilla Global, sobre todo en el último año.



Los comunistas municipales nunca han visto con buenos ojos la creación de un recinto empresarial exclusivo para los profesionales de la Semana Santa, ya que este proyecto no casaba con sus consignas ideológicas ante sus votantes. Sin embargo, todos coinciden en que durante la etapa en la que estuvo al frente de Economía Jon Ander Sánchez la iniciativa siguió prosperando, ya que éste entendió que recibía una herencia del PSOE creada durante el mandato anterior y que, ante todo, estos artesanos eran trabajadores que buscaban una mejora en sus condiciones de trabajo.

Sin embargo, el desembarco de Carlos Vázquez en el Ayuntamiento tras la dimisión de Sánchez en la ya famosa rueda de prensa en la que acusó a Torrijos de ser «el peor cáncer de la izquierda» de Sevilla, supuso un cambio de rumbo para el parque. A Vázquez, instalado en la facción más radical de la coalición comunista, no le importó que se tratara de una iniciativa impulsada por su socio de Gobierno. La ideología por delante de la institución. Y decidió arrebatarle la exclusividad del parque empresarial a los artesanos sacros como primer paso para desvirtuar este proyecto cien por cien cofrade.


Ante esta medida, los afectados que estaban asociados bajo el nombre de «Las Sirenas» comenzaron a moverse y, en un acto que pone de manifiesto las actitudes de cada cual en el seno de IU, decidieron contratar como abogado precisamente al delegado anterior, Jon Ander Sánchez. Tal vez por ello este grupo de artesanos mantiene aún abierta la vía del diálogo con el Ayuntamiento. El resto, en cambio, eligió la vía de los hechos. O la devolución del dinero, o los tribunales. Pero IU ha puesto negro sobre blanco su estrategia al apresurarse a aceptar lo primero. Pagar y que los cofrades que lo soliciten se marchen del lugar.


Cierto es que en el Parque de Arte Sacro quedaban aún por vender 55 de los 114 talleres construidos, pero los profesionales del sector cofrade se han mostrado dispuestos a aceptar propuestas. Teniendo en cuenta que casi todos son autónomos con una facturación no demasiado alta, comprar un local suponía un esfuerzo al que muchos no han podido siquiera aspirar. Por ello, una de las ideas de Sevilla Global fue que al recepcionar la obra y pasar a escriturar los 59 talleres vendidos —algo que todavía no se ha hecho—, los demás locales se alquilaran a los jóvenes artesanos con menos posibilidades ofreciéndoles además una futura opción de compra. De esta manera, el recinto se hubiera llenado de artesanos sacros. Incluso la socialista Rosamar Prieto, promotora del proyecto inicial, respaldó esta posibilidad. Pero IU no tenía interés real en solucionarlo y finalmente no lo ha llevado a cabo. Su ideología le ha puesto una venda en los ojos.

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