martes, 15 de febrero de 2011

NUEVO GOLPE DE AUTORIDAD DEL OBISPADO DE CIUDAD REAL.

Noticia extraida del diario "El Día" de Ciudad Real:
Ningún acólito vestirá la próxima Semana Santa la tradicional dalmática en los cortejos procesionales, acatando así el artículo 4.4 de la Normativa Diocesana para Hermandades y Cofradías, que fue renovada el pasado año por el Obispado de Ciudad Real. En concreto, dicho artículo indica lo siguiente: “Es reprobable la costumbre de utilizar en las procesiones las vestiduras (dalmáticas) propias de los ministros ordenados”. Aunque la palabra “reprobar” no significa necesariamente prohibición, sino simplemente “no aprobación”, así es como las apenas cinco cofradías que seguían utilizando esta prenda, después de que otras dos dejaran de hacerlo en 2010, han interpretado finalmente este artículo tras diversas recomendaciones expresadas por el vicario general, Miguel Esparza.

La norma, en cualquier caso, no es nueva; ya aparecía en la anterior normativa, según manifestaba a El Día el responsable de Comunicación del Obispado, Miguel Ángel Jiménez, quien afirmó que “ahora es cuando las hermandades se lo están tomando más en serio”. “No es correcto el uso de la dalmática por los acólitos porque es la vestidura propia de los diáconos” (ministros eclesiásticos de grado inmediatamente anterior al sacerdocio); “si se la ponen es porque se quedan sólo en el aspecto externo o bien quieren suplantar una identidad que no les corresponde”, explicaba Jiménez, quien proponía el uso del alba para los cofrades encargados de portar los ciriales, incensarios y navetas.No es la de Ciudad Real la única diócesis que pone trabas al uso de la dalmática por los acólitos, ya que en Toledo y Madrid tampoco está permitido.

En cualquier caso, y aunque desde el Obispado se argumente que la prohibición siempre ha existido, hay que remontarse a los años 90 para encontrar a las primeras cofradías ciudadrealeñas que optaron por el uso de esta prenda en el cuerpo de acólitos. Una de ellas era la Flagelación, que la venía utilizando desde 1996. Su hermano mayor, Emilio Martín Aguirre, explicaba que acatarán la normativa diocesana, aunque reconoció que le gustaría que los acólitos de su cofradía pudieran seguir vistiendo las dalmáticas, como así se permite en multitud de diócesis españolas. “Tendremos que guardarlas hasta que las podamos volver a sacar”, comentó.

Otra de las hermandades afectadas es la Esperanza. Su hermano mayor, Carlos Galiano, aludía a la importante inversión económica que tuvieron que realizar las cofradías para contar con estas vestiduras. “Nos gastamos un dinero en esas ropas y ahora, de golpe y porrazo, no las podemos llevar en la procesión”, se lamentaba.En el caso de esta hermandad del Martes Santo, no llega a cinco años el tiempo que ha contado con dalmáticas en el cortejo procesional; unas prendas que fueron realizadas por el grupo de costura de la propia corporación tras la adquisición de la tela de brocado, que tiene un precio bastante elevado.Fue el grupo joven, al que en aquel momento pertenecía el propio Galiano, el que regaló esas telas a la hermandad. Para conseguirlo, los jóvenes de la Esperanza estuvieron trabajando durante dos años en la organización de conciertos, viajes y otras actividades para recaudar los fondos necesarios.

En total, son siete las dalmáticas que posee esta hermandad y que ahora se quedarán sin uso, expuestas en la casa hermandad. Galiano explicó: “Nadie nos advirtió de nada; sólo cuando ya estaban hechas y las estrenamos es cuando nos dijeron que no era apropiado”.La cofradía estudia ahora qué hacer de cara a la próxima Semana Santa. “Quizá nuestros acólitos lleven alba como los monaguillos, pero todavía no lo hemos decidido; estamos viendo ideas de otros sitios para ver qué hacemos”, indicó.

En el mismo aspecto coincidía Javier Regaña, coordinador del cuerpo de acólitos de las hermandades del Prendimiento y el Nazareno. “Hemos hecho un gran esfuerzo económico para que ahora las dalmáticas se queden en el armario”, señalaba.La Hermandad del Prendimiento comenzó a usar dalmáticas en 2003, gracias a la Flagelación, que prestó las suyas. Ya en 2004 la cofradía del barrio de Los Ángeles estrenó unas nuevas costeadas por sus propios hermanos. En total son ocho las dalmáticas que posee: cuatro de brocado y cuatro de damasco, que son algo más baratas.

En cuanto al Nazareno, cuenta desde 2007 con dalmáticas propias: seis para los ciriales, dos para incensarios y una para el acólito que lleva la naveta. Son nueve en total, todas de brocado, aunque existía el proyecto, ahora abortado, de confeccionar una más.Para Javier Regaña, la prohibición del Obispado no tiene mucho sentido, ya que, según dijo, la dalmática es una prenda que ni siquiera utilizan hoy en día los propios diáconos. Además, exponía que las dalmáticas que tienen las hermandades son prendas nuevas que nunca han tenido el uso que la normativa diocesana reconoce como el único válido. “Son prendas que tienen la forma de una dalmática, pero que realmente no lo son porque no las han usado nunca para ese fin; no es que se las hayamos cogido a los diáconos para usarlas nosotros”, argumentaba.En este punto, señalaba que las dalmáticas de las hermandades son muy parecidas a las vestimentas que suelen llevar los maceros de los ayuntamientos.

Según Regaña, mientras que en la Hermandad del Nazareno aún no se ha tomado una decisión sobre la vestimenta que llevarán los acólitos este año, en el Prendimiento se plantean si asumirán la solución propuesta por el propio vicario general, que recomendaba el uso del roquete, una especie de sobrepelliz de color blanco que pueden llevar tanto los sacerdotes como los legos que colaboran en las funciones religiosas.En cualquier caso, esto supondría que la cofradía asumiera un nuevo gasto económico, además del perjuicio que conlleva la prohibición de la dalmática para el aspecto patrimonial de las cofradías ciudadrealeñas, en palabras de Javier Regaña.
Curiosamente, en Sevilla sólo los acólitos de la Hermandad de la Sed visten roquete. Esto es así porque, aunque la Archidiócesis hispalense permite el uso de la dalmática, el párroco de la Inmaculada Concepción que asistió a la creación de la cofradía en 1969 tenía el mismo criterio que el Obispado de Ciudad Real. Hoy en día, esta hermandad del Miércoles Santo sevillano mantiene esta costumbre como una forma de preservar una tradición propia.

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