domingo, 5 de junio de 2011

Primer golpe: El año “sin”

PASIÓN SEVILLA
Este año no vamos a tener ninguna salida extraordinaria ni ninguna coronación canónica. Iba a salir en marzo el Cristo de la Salvación pero el agua lo dejó dentro. Iba a salir en octubre el Cristo de las Siete Palabras pero la cosa está de regular para mal por la nueva política de la Mitra para estas cosas: cómo se va a sacar un crucificado-dicen-en un aniversario sacramental. En el apartado de las glorias, iba a salir la carreta del Rocío de Sevilla Sur para recibir la controvertida Medalla de la Ciudad en el andén del Ayuntamiento pero por expresa indicación del Arzobispado, los bueyes se quedaron sin trabajo extraordinario. Y en el apartado Sacramental la Cena ha desistido ya de sacar el misterio en el cortejo del Corpus porque el Cabildo Catedral les ha escuchado como quien oye llover. La única cita extraordinaria la vamos a tener en Madrid en el mes de agosto. Y de coronaciones lo pueden deducir ustedes, se acabaron de momento con la de la Virgen de Regla entre otras cosas porque no hay peticiones expresas después de la avalancha de imposiciones y de convalidaciones del Cardenal Amigo. Así que este 2011 puede pasar a la historia como el año en que menos pasos salieron a la calle; por la lluvia y porque parece que se abre un nuevo ciclo después de un periodo intenso de conmemoraciones y celebraciones.

¿Y esto es bueno o es malo? Sencillamente es distinto pero, créanme, no viene mal. Hemos tenidos muchos años de saturación de eventos. Años en los que se terminaba la semana santa y aparecían en el horizonte al menos un par de procesiones conmemorativas y alguna coronación. Tanta abundancia hizo que en muchos casos esas salidas perdieran el interés y las cofradías a veces se encontraran la calle sin las muchedumbres que esperaban. Quizá a esto le beneficie lo mismo que a la tierra de los cultivos: dejarla descansar unos años, dejarlas en barbecho.

La situación no es casual. En Palacio han cambiado muchas cosas. Tenemos un Arzobispo que trabaja mucho de puertas para adentro y se prodiga poco de puertas para afuera, un Arzobispo que no maneja la comunicación como instrumento y que es más del día a día que de los grandes fastos. En estas cosas, como en otras, es radicalmente distinto al cardenal Amigo. Lo curioso es que la gente que ahora frena salidas extraordinarias es la misma que antes las procuraba. Tampoco debe ser extraño. En una organización tan jerarquizada y tan piramidal como es una curia local, el inferior tiene que asumir la política del superior si es que quiere seguir estando donde está.  Bienvenido sea en todo caso el año “sin”, el año 0’0 porque al estómago hay que darle de vez en cuando un descanso si es que se quiere que siga haciendo digestiones.   

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