ES TIEMPO DE ESPERANZA MACARENA...

Estamos ya acabando este año 2011, pero aún no podíamos despedir el año informando de todo lo que aconteció el sábado 17 de diciembre en la Iglesia de la Asunción de Puertollano donde la Hermandad de los Discípulos de San Juan celebraban el día de la Esperanza...

Os dejamos con la noticia recibida por parte de un hermano de dicha hermandad:

La Cofradía de los Discípulos de San Juan y Santo Sepulcro de Puertollano, celebró el Sábado Día 17 de diciembre en Honor y Gloria de su Excelsa Titular, Nuestra Señora de la Esperanza Macarena.

En la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción su solemne función presidida por el Rvdo. Juan Carlos Gómez-Rico Martín-Gil, Consiliario de la Hermandad, al acto acompañaron varias cofradías invitadas de Puertollano, en especial nuestra Cofradía Hermana de Los Caballeros de Nuestra Señora de Gracia (Patrona de Puertollano) que acudió su junta general al completo, la Iglesia estaba llena al completo, con la nota a destacar de la gran afluencia de jóvenes al acto.

La celebración estuvo acompañada musicalmente por la coral de Puertollano, que con sus sones y órgano engrandecieron el acto.

El párroco D.Juan Carlos Gómez-Rico Martín-Gilen se sorprendía de gran respuesta al acto, y en la homilía nos invitaba a preparar nuestros corazones, al igual que hacemos preparando y decorando nuestras casas y calles en estos días de Navidad, a la espera del nacimiento del Niño Jesús.

Tras la Función se procedía a imponer las medallas a los nuevos 49 hermanos de la cofradía.

Después de la entrega de medallas, llegaba un momento muy especial para la Agrupación musical Discípulos de San Juan que actuaba por primera vez dentro del Templo, día que esperaban con mucha ilusión los miembros de la agrupación, que vieron hecho realidad el sueño de tocar dentro de la Iglesia, delante de su Madre en esté día tan especial.

Tras la actuación de la agrupación, la imagen de María Santísima de la Esperanza Macarena quedo expuesta en devoto besamanos, donde se acercaron todos los fieles a besar y contemplar a su Madre, que desbordaba belleza, vestida de Hebrea para la ocasión.