¿SENTIMIENTO O FOLCLORE?

Capillitas, a unas horas de que Jesús entre en Jerusalén, antes de que el costalero se enfunde su costal, el nazareno se coloque su túnica, la cera empiece a derramarse…, hay a quien habría que recordar que la Semana Santa no es un show, no se trata de folklore, es solo una manifestación de fe y religión.

Situándonos en contexto, parece ser que este año en Puertollano se quiere crear y digo crear a pesar de que exista y porque el hecho me resulta totalmente artificial, una bulla. Sí, están leyendo bien, no es que involuntariamente o según se desarrolla la procesión se forme una bulla ¡no! ¡Quieren formarla premeditadamente! quieren hacer artificial un componente que debería ocurrir solo si la situación lo permite y el sentimiento así lo quiere y lo provoca.

Una vez más con este tipo de actos, se les está dando la razón a todos aquellos detractores de las procesiones y en definitiva de la Semana Santa, pues concretamente vierten sus críticas sobre “el posible show que llevamos a cabo”.

Este argumento se podría denominar falaz si efectivamente todos nuestros hechos proceden de la inquietud e imposibilidad de controlar la excitación, la pasión que sentimos durante ciertos momentos, pero en el momento que con premeditación se quiere provocar una eventualidad como esta, no solo le estamos dando la razón a todos ellos, si no que aquellos que de verdad lo hacen desde el corazón, quedan generalizados dentro del gremio de actores.

Todos estamos de acuerdo en que hay diferentes formas de vivir este periodo de Pasión, pues hay quien prefiere vivirlo en el silencio, en la mínima expresión de su sentimiento, mientras que por el otro lado podemos ver a aquel que no puede controlar su pasión y debe expresarla externamente…, pero señores y señoras cofrades, no se puede exhortar a la gente que viva algo de una forma que no le es innata. ¿Por qué? Simplemente la duda resulta ofensiva y las consecuencias son destructivas. Haciéndolo de esa forma damos lugar a la hipocresía, generamos el factor artificial en nuestras procesiones, como si de un teatro se tratase y lo que a mí más me fastidia por el daño que se le hace a la Semana Santa, es que damos la razón y por tanto, un punto de apoyo a todos los que quieren acabar con ella.

Con bulla o sin bulla, vivan la Semana Santa ¡pero eso sí! ¡A su manera!