jueves, 5 de julio de 2012

HERMANDADES DE SEVILLA DEL SIGLO XVI (II)

Por otra parte, el Concilio de Trento, que se celebró entre 1545 y 1563, recomienda la estación pública, exponiendo la necesidad y ventajas que se derivan del culto a las imágenes, verdadera efigie de Jesús y de su madre y piensa que estas imágenes deben salir a la calle para que el que por su voluntad no entra en la iglesia, al encontrarse con ellas en la calle piense en el momento de la Pasión de Nuestro Señor que esta imagen representa. Su legislación de desarrollo intentó controlar la representación de la Pasión a través de una reglamentación que la jerarquía debía sancionar. Se intentó asegurar este control mediante disposiciones relativas al decoro de imágenes y cortejo, sirviéndose para ello de penas que incluian la excomunión.
Ecce homo
Ecce Homo de Alberto Durero (1511), iconografia del "varón de dolores" que adquiere popularidad en la España de mediados del siglo XVI, debido a la importancia que se le da en los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola. En Sevilla, inspirará imágenes procesionales como la de Nuestro Padre Jesús de las Penas (1655).
"...declara que se deben tener y conservar, principalmente en los templos, las imágenes de Cristo, de la Virgen madre de Dios, y de otros santos, y que se les debe dar el correspondiente honor y veneración: no porque se crea que hay en ellas divinidad, o virtud alguna por la que merezcan el culto, o que se les deba pedir alguna cosa, o que se haya de poner la confianza en las imágenes, ...sino porque el honor que se da a las imágenes, se refiere a los originales representados en ellas; de suerte, que adoremos a Cristo por medio de las imágenes que besamos, y en cuya presencia nos descubrimos y arrodillamos; y veneremos a los santos, cuya semejanza tienen
Enseñen con esmero los Obispos que por medio de las historias de nuestra redención, expresadas en pinturas y otras copias, se instruye y confirma el pueblo recordándole los artículos de la fe, y recapacitándole continuamente en ellos: además que se saca mucho fruto de todas las sagradas imágenes, no sólo porque recuerdan al pueblo los beneficios y dones que Cristo les ha concedido, sino también porque se exponen a los ojos de los fieles los saludables ejemplos de los santos, y los milagros que Dios ha obrado por ellos, con el fin de que den gracias a Dios por ellos, y arreglen su vida y costumbres a los ejemplos de los mismos santos; así como para que se exciten a adorar, y amar a Dios, y practicar la piedad."
Concilio de Trento. Sesión XXV. 4-12-1563
La invocación, veneración y reliquias de los santos, y de las sagradas imágenes

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