martes, 4 de diciembre de 2012

LOS SEISES DE SEVILLA (VII)

7. Valores religiosos 

El cabildo hispalense ha sido consciente siempre, a lo largo de la historia, de que los seises realizan una danza sagrada y que ésta va destinada al Santísimo. Por "extensión y analogía", pueden intervenir en celebraciones litúrgicas fuera de la Catedral, pero no tiene sentido que actúen en celebraciones extralitúrgicas o "profanas".

Por eso, nunca se ha permitido su participación en el teatro, en muestras de danzas populares, en películas y otras funciones de carácter no ya folklórico, sino ni siquiera popular o socio-cultural. Hemos de ser conscientes de que los seises ejercen, con sus bailes, una "función ministerial" en las celebraciones litúrgicas y paralitúrgicas. En efecto, la danza sagrada de los seises es expresión del sentimiento humano, es alabanza, adoración, y ayuda a crear, entre los fieles, ese ambiente propicio para elevar los sentimientos, los corazones y todo su ser hacia el Señor presente en la Eucaristía; esto es, para impulsarnos a rezar.
También los niños son conscientes, cuando actúan, de su papel de actores, dentro de la celebración litúrgica, y que deben comportarse con respeto, devoción, incluso adoración... No, no están en ningún teatro, ni realizando una danza folklórica o costumbrista, sino una danza sagrada “tradicional”. Por eso los seises no actúan fuera del “contexto litúrgico” de la Catedral; así lo enseña la historia. Para la Catedral han sido creados y de ahí les viene su “grandeza” y su verdadero sentido. Ana Ruibérriz, que fue niña de la escolanía de los seises afirma que "si uno no es cristiano, no tiene sentido cantar ante el Santísimo, no se puede sentir lo mismo". Doña Trinidad Sáez, madre de un niño seise así lo indica: "Ellos saben que en esa oración que bailan, muchas madres hemos puesto nuestras súplicas, convencidas de que por esa proximidad a Dios son seguros portadores. ¿Cómo se paga esto?".

Entre los niños que han sido seises se cuentan varios sacerdotes, y son varios los seises antiguos entrevistados que consideran que su época de seises ha influido, para siempre, en su espíritu religioso. "Mi época de seise ha influido muchísimo en mi vida religiosa, porque nunca me he alejado de la religión y no creo que lo haga mientras viva", declara Francisco Martín.

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