¿Cómo mantenernos despiertos y atentos?
¿Cómo permanecer vigilantes,
decididos y sin perder de vista tu camino?
¿Hacia dónde mirar, Señor? ¿Dónde está el cielo nuevo?
¿Cuándo será el definitivo encuentro?
¡Adviento!
¡Cuánto agradecemos tu llegada!
Pero desde ahora te decimos, Señor, que permaneceremos despiertos y anhelantes que, no habrá destello humano, que mitigue el resplandor de tu llegada que, lejos de volver el rostro hacia otro lado, marcharemos hacia adelante sabiendo que, en el horizonte en el que confiamos aguardan respuestas y amor que salen a nuestro encuentro esperan misterios de un Dios que se humilla amanece un tiempo nuevo para la humanidad brotan esperanzas e ilusiones para una realidad turbulenta, fracasada y desconcertada para una humanidad fría y sin expectación.
¡Ven, Señor! ¡No sabemos cuándo será el momento!
Pero, porque lo esperamos, seremos fieles hasta el final.
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