La tradición de los huevos de Pascua
Todo comienza en Semana Santa y culmina con el Domingo de Pascua, que se presenta como una de las más importantes fiestas religiosas. Las tradiciones en esta fiesta han ido variando con el correr de los siglos hasta llegar a convertirse, para la gran mayoría de la gente, en una semana donde no se trabaja y se comen los famosos huevos de Pascua. De hecho, el Domingo Santo es uno de los dos días del año en el que se consume más chocolates (el otro es la Navidad).
Desde los comienzos de la humanidad, el huevo fue sinónimo de fertilidad, esperanza y renacimiento. El huevo adiquirió importancia dentro de la mitología egipcia cuando el Ave Fénix se quemó en su nido y volvió a renacer más tarde a partir del huevo que lo había creado en un principio. También los hindúes sostenían que el mundo había nacido de un huevo. Los huevos de pascua en la antigüedad eran de gallina y de pato, y en la Edad Media les eran regalados a los chicos durante las celebraciones. Al tiempo, los cristianos comenzaron a obsequiarse huevos durante la Semana Santa con regalos y al principio el siglo 19, en Alemania, Italia y Francia, aparecieron los primeros huevos hechos con chocolate con pequeños regalos adentro. En cuanto a la decoración, los huevos de Pascua siempre han representado un desafío para los reposteros. Pero las diversas culturas fueron decorando de manera diferente los huevos. En sus comienzos, eran pintados a mano con colores estridentes que representaban la luz del sol. Los huevos se hacían uno a uno con un molde prefabricado, lo que dificultaba mucho su elaboración masiva. Los colores estridentes fueron apareciendo con las grandes producciones de huevos, por los años 20 y 30 del siglo pasado.
Si la gastronomía es excelente de por sí, en Italia todos los sentidos disfrutan de Pascua. Además del infaltable presente de los huevos de chocolate para los seres más queridos, una ocasional lágrima y un sentimiento inexplicable para aquellos que no tienen sangre peninsular, la “colomba pasquale” o paloma de Pascua es una tradición italiana. ¿Por qué paloma? Porque, de acuerdo con la destreza del cocinero, tiene la forma de una paloma en vuelo vista desde abajo.
El conejito de Pascua
El conejo de Pascua no es un invento moderno. Tiene su origen en las celebraciones anglo-sajonas pre-cristianas. El conejo, un animal muy fértil, era el símbolo terrenal de la diosa Eastre, a quien se le dedicaba el mes de abril. El conejo, como símbolo de Pascua, parece tener sus orígenes en Alemania donde es mencionado por primera vez en unos textos del siglo XVI. Los primeros conejos comestibles se fabricaron en Alemania en el siglo XIX de pastelería y azúcar. El conejo de Pascua fue introducido en EE.UU. por los inmigrantes alemanes que llegaron al Pennsylvania Dutch Country durante el siglo XVIII. La llegada del "Oschter Haws" se consideraba uno de los grandes placeres de la infancia, equivalente a una visita de Papá Noel en Noche Buena. Los niños creían que si se portaban bien, el "Oschter Haws" pondría huevos de colores. Los niños construían nidos en lugares apartados o escondidos de la casa, el granero o el jardín para que pusiera sus huevos el conejito. Más tarde empezaría la tradición de construir elaboradas cestas para poner los huevos.
La mona de Pascua
La tradición de la mona es típica de Catalunya y consiste en un pastel de harina, azúcar, huevos y mantequilla que el padrino o padrina regala a su ahijado o ahijada el lunes de Pascua, día festivo en Catalunya. La costumbre es muy antigua, ya que sale documentada en el siglo XV, aunque su primitiva elaboración era diferente de la que se conoce ahora. Antiguamente la mona era una torta de pan lógicamente circular, pero también podía tener diferentes formas: un cordero, una gallina, una luna, un barco, un molino ... pero en ninguna de ellas faltaba el huevo de chocolate. Aunque la tradición dice que la mona se regala hasta que el ahijado celebra la primera comunión, ésta no se cumple normalmente y el padrino, con toda la ilusión del mundo, sigue haciendo el presente, claro que ... cuando el niño ya "se hace grande", en vez de pedir el pastel lo que ya pide ¡es dinero!. A las monas actuales no les faltan los típicos huevos de chocolate, como tampoco muñecos que se ponen encima del pastel: pollitos y figuras famosas de la televisión o del cine.
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