Una mirada a Triana. Dentro de la Semana Santa de una misma ciudad encontramos caracteristias o estilos propies de cierta Cofradía que no se dan en otras, estilos que las hacen únicas y diferentes al resto. El Martes Santo, sale a la calle una de las Cofradías de barrio que más fervor despierta. La Cofradía de Nuestra Señora de la Esperanza, una barriada entera que se vuelva ante la salida de su Reina. Una Reina con un estilo marcado que la diferencia de otras dolorosas bajo palio, una Hermandad con una tendencia que la caracteriza y que la hace única y especial. Quizá sea ese color verde, espejo del Sol; quizá sea ese manto de dimensiones extraordinarias que con cerca de 6 metros de largo barre la ciudad, quizá sean esas lágrimas que buscan Esperanza callendo por su rostro inmaculado.Quizá sea ese estilo "alegre" que no olvida nunca que es la Madre de Dios quien sale a la calle; quizá el movimiento acompasado de unas bambalinas de maya bordada que "golpean" los varales; quizá sea ese barrio que se vuelca por su Virgen no solo en Semana Santa como ya vimos el pasado mes de Septiembre; quizá sea la emocion que despierta cuando al girarse el nazareno la ve llegar bajo su capillo antes de continuar su estación de penitencia por Ella.Quizá sean esos gladiadores que levantan al cielo a su Madre y la pasean por Ciudad Real; quizá los sones que llegan desde Linares y que hacén cada chicotá más mágica aun; quizá ese cuerpo de acolitos que con su luz guía el camino de su Madre en una oscura tarde-noche; quizá ese pueblo manchego que abarrota pasajes y plazas para verla pasar... O quizá sea esa mirada a Triana que cada Martes Santo está presente en la capital de la Mancha lo que hace única, lo que hace especial, lo que hace diferente, a esta Cofradía dentro de la Semana Santa de Ciudad Real.
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