Esto nos demuestra que siempre que en un lugar la gente se une como si de familia se tratase, se puede llegar muy alto.
Un día más, el país entero se paraliza, las calles parecen un escenario del antiguo oeste (también influyen las temperaturas) y las televisiones de casas y bares permanecen viendo lo mismo.
Por lo tanto esta tarde todos con la roja y como no el blog de los capillitas más aún. Esperamos superar a los alemanes y poder hablar el próximo día de holandeses.
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