domingo, 1 de mayo de 2011

Primer golpe. No hay mal que por bien no venga

Capillitas, os dejamos hoy con una noticia de Pasión en Sevilla, donde se expone uno de los temas más farragosos, en los que chocan los partidarios y no partidarios de la Semana Santa y sus consecuentes manifestaciones.

"Es sabido que a veces el ser humano tiene que colocarse en una situación límite para darse cuenta de evidencias que estaban delante suya sin que se cayera en la cuenta. Esta circunstancia la resume perfectamente el dicho del “no hay mal que por bien no venga” que se puede aplicar perfectamente a la Semana Santa que acabamos de vivir-no vivir, la más castigada por la lluvia que se recuerda.



No ha habido Semana Santa durante algunos días y nos hemos dado cuenta del desastre económico que ha supuesto para la Ciudad que no salgan pasos durante la mayoría de los días. Eso es lo que ha aparecido este año ante nuestros ojos, el altísimo valor de una celebración religiosa que reporta a la ciudad unos beneficios más que cuantiosos en circunstancias normales. Buena cosa para la autoestima, magnífico escudo para quienes siempre están criticando los “privilegios” que tienen las cofradías. Fíjense que cosa: una cofradía en la calle es el conjunto del trabajo de miles de personas que gratuitamente dedican parte de su tiempo a la tarea encomendada.

No cobra el hermano mayor, ni el prioste, ni el secretario, ni el mayordomo, ni los chavales que limpian los respiraderos, ni los costaleros hermanos, ni los acólitos… No solo no cobran sino que encima pagan una papeleta de sitio. Pues todo ese trabajo desinteresado es el que permite poner en la calle una cofradía; todo ese trabajo es el que genera los beneficios de inmobiliarios de alquileres, de hoteles, de restaurantes, de bares, de kioscos, de agencias de viajes, de tour operadores, de taxis… Y eso que no contamos los que reciben los negocios específicos dedicados a la Semana Santa o al arte sacro.

Todavía hay quien cuestiona que se les ceda a las hermandades suelo público para instalar sillas y palcos y así recibir a cambio una subvención que ayude a la subsistencia de la hermandad. Todavía hay quien se queja de que una semana al año los “cofrades” tomen o secuestren el centro de la ciudad provocando alteraciones y cortes en el tráfico y con ello el anormal funcionamiento de la vida ciudadana. Todavía incluso hay quien se queja de que dos días de esa Semana, el jueves y el viernes sean declarados como festivos por parte del estado. Este año, cuando ha llovido y nos hemos quedado sin cortes de tráfico, y sin más de la mitad de las cofradías “molestando” a esos vecinos que no soportan un tambor a menos de cien metros de su casa hemos caído en la cuenta del valor de la Semana Santa, de una celebración que, al margen de su perfil religioso, genera riqueza y empleo por el trabajo gratuito de la gente de las cofradías. Esto es lo que nos ha enseñado la lluvia. No todo van a ser tristezas."

2 comentarios:

Óscar Ortega dijo...

es la primera vez que te leo (te he encontrado a través del blog "simplemente capillita" de mi amigo Juan Pedro) y he de decirte que tienes muchísima razon. que frente a muchísimo trabajo desinteresado y, como bien dices, incluso de sacrificio voluntario, se genera una gran riqueza que para muchos es insoportable...
pero lamentablemente, seguiran quejandose y sin poder ver lo que puede llegar a conllevar un acto como el de la semana santa.
un saludo
Óscar Ortega

Davidcapillita dijo...

Muchas gracias Óscar,pero por si no lo leíste bien, reitero que era una noticia de Pasión en Sevilla y por lo tanto nada de lo escrito entre comillas era mío, simplemente quería plasmar una realidad de la que muchos no se dan cuenta y critican y criticarán desde un punto de vista un tanto ignorante.
Un saludo.