ILUSIONES OSCURECIDAS EN EL DOMINGO DE RAMOS

Desgraciadamente y después de tanto tiempo de espera, parece ser que la Semana Santa vuelve a ponerse de cara a la mala suerte y una vez más, esta última gana la batalla. Toda ilusión, toda la paciencia, todo el trabajo... acaba oscureciéndose, dejándonos un sentimiento de fracaso, nostalgia e impotencia ante la incapacidad de las circunstancias.

Ayer, Domingo de Ramos, la cuadrilla del Cautivo tenía una perspectiva optimista  respecto a las previsiones del día, aún cayendo agua unos minutos antes de la salida, pues se sabía que solo eran nubes aisladas. Después el sol salió y nuestra mente al igual que el cielo, se despejó de dudas. Pero el Cautivo llegaba a la Plaza Mayor y el gris marcó el protagonismo; el agua comenzó a caer y se tomó la decisión de que todos volviéramos al barrio de los Ángeles, pues las previsiones no eran nada buenas.

Una vez en el barrio, se podía prever que no caería ni una gotas más y se trató de aprovechar al máximo.
Otro año más que pasa el Domingo de Ramos, pero esta vez lo abandonamos con mal sabor de boca. Un mal sabor de boca que solo recibe compensación por los momentos tan increíbles que se vivieron en el día de ayer debajo del paso durante esos malos momentos.

Desde LCA, solo nos queda decir... ¡Olé esa cuadrilla del arte!