Dicen que, este año, ha sido el de las marchas clásicas. Se regresa, en cierto modo, a los cánones de siempre salpicado, a veces, de nuevas creaciones. ¿A qué se debe? Se vio con la Presentación al Pueblo de Dos Hermanas en San Bernardo cuyo repertorio, este año – al menos, en la entrada a la Carrera Oficial poco se parecía al de años anteriores-.
En la línea de ese clasicismo, cada día, brilla más la Banda de Cornetas y Tambores “Esencia”, que convence, en líneas generales, a los cofrades que lo vieron tras el misterio de las Siete Palabras.
La marcha revelación, este año, puede ser “Valle de Sevilla”, de José de la Vega. Ha tenido que esperar muchos años para ponerse de moda pero lo cierto es que, además de entrar en el exquisito y reducido repertorio de la Amargura, se ha escuchado en todos los rincones de la ciudad.
Paradójico que en esta Semana Santa una de las marchas más escuchadas haya sido “Virgen de las Aguas”.
Los Gitanos
Pero donde había más expectación fue en la hermandad de los Gitanos. Se estrenaba su Agrupación Musical tras ser sustituida por Virgen de los Reyes. El nivel musical fue óptimo, con un gran abanico de nuevas marchas que la dotan de personalidad propia. La corporación quiso que su esperada entrada en Campana se hiciera con marchas propias, en la mayoría de los casos: “Cristo errante”, “Saeta”, “Y se fue al cielo”, “Al rey de los Gitanos” y “Cuando me alejo de ti”. Quizá fue un error introducir tanto número de marchas nuevas ante un público que espera que se repita la letanía de composiciones con las que más identifican al Señor de la Salud. (“Perdona a tu pueblo”, “Nazareno y Gitano”…). Pero, sin dudas, serán marchas que, con el tiempo se pueden llegar a popularizar pues algunas gozan de melodías muy originales.
PASIÓN SEVILLA
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