Joaquín Moeckel aseguró que, en los últimos años, las Hermandades han abusado en cuanto a las solicitudes de la exención del IVA por parte de Hacienda. “Antes, se solicitaban por gastos de gran envergadura, como una reforma en una capilla… ahora, por cualquier cosa, hemos ido al Arzobispado para que nos solicite Hacienda la exención y de tanto pedir exenciones del IVA, se nos han acabado”.En este sentido, el abogado aseguró que las hermandades que incurran en el impago de este impuesto deberían ser sancionadas según la ley.
Aunque no se consideraría delito, Moeckel destacó la importancia de que las hermandades funcionen, desde el aspecto económico, como pequeñas pymes y no deje la administración económica en manos de personas no lo suficientemente cualificadas.Asimismo, aseguró que las investigaciones que se están llevando a cabo en hermandades y talleres de bordados son, perfectamente, extensibles a los restaurantes donde se celebran las comidas de hermandad o las imprentas que hacen los boletines. Contra la espada y la paredCarla Elena Meléndez, de los talleres de Elena Caro, explicó la dificultades que pasa su sector en el que las hermandades encuentran trabajos mucho más económicos en talleres que no tienen dados de alta en la seguridad social a determinados empleados y que se ahorran, por tanto, este pago.
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Elena Meléndez aseguró que este hecho genera una competencia desleal entre los que se dedican a este oficio de una manera no regularizada.De hecho, aseguró que el precio de una pieza puede variar entre un taller legal y otro que no lo sea hasta en un 40%.
Fotografías: José Javier Comas Rodríguez
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