sábado, 28 de febrero de 2009

LA DESMEMORIA HISTORICA (I)

Está muy de moda hablar de la memoria histórica, pero yo voy a comentar un suceso, que, si no corre parejo a ésta, sí está muy relacionado con ella: la (des)memoria histórica. Este curioso fenómeno consiste en olvidar lo que conviene, practicando una suerte de amnesia selectiva, que escoge a cada momento aquello que mejor sirve a los fines de una determinada causa.Al igual que se resucitan ciertos hechos históricos, intentando darles un significado mayor del que tuvieron; se silencian otros, con la vana esperanza de que sean olvidados y devaluados.
Todo esto viene a cuento de la pretensión que no pocas hermandades, prohermandades y asociaciones varias tienen de pasar por la Carrera Oficial en Semana Santa. Para ello no dudan en proponer bizarras teorías sobre horarios, días y velocidad de paso, ignorando que la configuración actual de la Semana Santa no se debe al capricho de un cardenal, ni al gusto de un asistente, sino que es fruto de unas situaciones históricas concretas.Las hermandades que acumulan trescientos o cuatrocientos años, y que por ello, ocupan los últimos lugares del día, deben y se merecen estar ahí. Nada ni nadie debe discutirles ese derecho ganado en muchos casos con sangre, sudor y lágrimas.
Esas antiguas corporaciones, orgullo de nuestra Semana Santa, han pasado por situaciones críticas de verdad, y no como ahora cuando se dice que hay crisis y los mayordomos tienen más dinero que nunca en las arcas de la cofradía. La peste de 1649, el terremoto de Lisboa, la epidemia de fiebre amarilla de 1800, la invasión francesa … son algunos ejemplos. Sólo por honrar como se merecen a los hermanos que aún pasando por estas vicisitudes quisieron y pudieron salvaguardar su devoción y su hermandad a costa de su vida y su hacienda, tenemos el deber de respetarlas con la veneración que se tributa a los mayores.

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