jueves, 26 de febrero de 2009

PASTOREANDO EL ARTE MANCHEGO (XVII)





Cuando en 1980 Don Fulgencio Morón Ródenas escribió la marcha CRISTO EN LA ALCAZABA tenia ya cincuenta años. Según el autor nunca había sentido la necesidad de componer porque se sentía satisfecho con formar parte de las bandas de música y de las capillas musicales que actuaban detrás de los pasos.

En 1980 se convocó el concurso de marchas procesionales organizado por el ayuntamiento de la ciudad de Sevilla y al igual que otros compañeros músicos, decidió presentar su obra, ya que al poseía estudios y tenia conocimientos de composición e instrumentación para banda adquiridos al haber acompañado durante mucho tiempo a estas formaciones musicales tanto como director e interprete.

Los motivos que lo llevaron a escribirla fueron principalmente dos: uno era por su intimísima relación con la hermandad de Santa Cruz como profesor de la banda municipal de musica de Sevilla y otro cuando estaba delante del Santísimo Cristo de las Misericordias como componente de las capillas musicales que lo acompañaban tanto en los vía-crucis como en sus salidas procesionales, también influyó a la hora de escribir la citada marcha alguna que otra gracia concedida por la sagrada imagen al autor.

La figura de su paso gótico, su recorrido por las callejas del barrio de Santa Cruz, las almenas del alcázar, etc...fueron motivos mas que suficientes para escribir algo que estuviera en consonancia con todas esas sensaciones que se sienten , año tras año, cada Martes Santo cuando el señor de las Misericordias y su bendita madre recorren estos bellos rincones de la ciudad mariana por excelencia.

La marcha fué presentada al concurso pero no fué seleccionada pero sin embargo a partir de su estreno ha gozado de una buena acogida no sólo en el seno de la Hermandad de Santa Cruz sino también por muchos amantes de la buena musica cofrade. En 1982 y coincidiendo con la primera grabación de esta marcha por la entonces banda de la Hiniesta, la tertulia cofrade el candelero honró a Don Fulgencio Morón Ródenas con el tercer candelero de honor por esta bellisima composición.

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