viernes, 25 de diciembre de 2009

YA NACIO EL HIJO DE DIOS!!

Cada año al llegar el 25 de Diciembre, nuestras mentes comienzan a centrarse en el nacimiento de aquel pequeño bebé que nació en Belén, pero que es mas que un sencillo bebé, es el Salvador, Cristo el Señor. A lo largo de los siglos han ido apareciendo muchas evidencias que confirman ese maravilloso acontecimiento, Dios convertido en hombre. Una de esas evidencias procede de un dirigente de la iglesia primitiva conocido con el nombre de Orígenes, que escribió que la cueva misma en que nació Jesús era un lugar que podía ver cualquier persona que desease visitarla. Escribió lo siguiente en “Augusto Celso”, Volumen I, capítulo 51: “En lo que se refiere al nacimiento de Jesús en Belén, si alguien, después de estudiar la profecía de Miqueas y la historia que aparece en los escritos sagrados por los discípulos de Jesús necesita aún fuentes adicionales de evidencia, sea consciente de que las Escrituras han sido confirmadas, así como el Evangelio, respecto a su nacimiento, porque se puede ver la cueva, que se encuentra en Belén, donde él nació y el pesebre donde fue envuelto en pañales. Acerca de este lugar se habla con enorme interés en todos los países de alrededor. Hasta entre los enemigos de nuestra fe se dice que en esta cueva nació Jesús, Aquel que es adorado y reverenciado por los cristianos.”
Hasta los historiadores de la iglesia primitiva ofrecieron evidencia acerca del nacimiento virginal. Justino Mártir, que vivió alrededor del año 150 A.D., dejó constancia de que si alguien ponía en duda el nacimiento virginal de Jesús, debían de ir a los archivos oficiales de Augusto César donde hallarían referencia sobre él. Otro de los dirigentes de la iglesia primitiva, que se crió bajo la instrucción del Apóstol Juan, fue un hombre que se llamaba Ignacio. En una de sus epístolas a los efesios, que fue escrita en algún momento alrededor del año 110 A.D., hizo las siguientes afirmaciones acerca del nacimiento virginal.
“Jesucristo nuestro Dios fue… concebido en la matriz de María…según el Espíritu Santo. La virginidad de María y Aquel a quien ella dio a luz…son los misterios que normalmente se conocen por todo el mundo a pesar de que Dios hizo estas cosas de manera secreta.” En el año 125 A.D. otro de los antiguos escritores, conocido como Arístides, mencionó también el nacimiento milagroso del Salvador. “Siendo El Hijo del Dios Altísimo, dado a conocer por el Espíritu Santo, descendió de lo alto, y nació de una virgen hebrea tomando forma carnal….” Justino Mártir, escribió estas palabras alrededor del año 150 A.D.: “El Señor Jesucristo nuestro instructor, que fue el primero nacido de Dios el Padre, no nació debido a las relaciones sexuales….sino que el poder de Dios vino sobre una virgen, descendiendo sobre ella mientras aún era virgen, haciendo que concibiese….Por la voluntad de Dios, su Hijo, Jesucristo nació de la virgen María.”
Según la Biblia, poco después de que naciese Jesús en Belén, Herodes el Grande recibió la visita de unos Magos procedentes del este, que buscaban al Rey cuya estrella había surgido en el cielo. Herodes, turbado por el Rey, al cual consideraba una amenaza para su reinado imperial, envió llamar a los sacerdotes con el propósito de averiguar dónde iba a nacer. Estos le dijeron que el Niño nacería en Belén y entonces Herodes envió a sus soldados a esa ciudad, a matar a todos los niños varones menores de dos años. Es posible que el escritor, llamado Ambrosio Macrobius, que no era cristiano, hiciese alusión a este suceso, al escribir alrededor del año 430 A.D., lo siguiente en su obra Saturnalia, Volumen II, capítulo 4:11: ‘Mientras escuchaba entre los huesos de los niños varones, que en Siria el Rey Herodes de los judíos había ordenado matar, aquellos que entonces tenían menos de dos años, entre los cuales se encontraba también su hijo, al que dieron muerte.’ El (Augusto César) dice: “Es mejor vivir como el cerdo de Herodes que ser su hijo.” (Nota: Siria, en aquella época, era conocida como la región entre Asia Menor y Egipto, incluyendo a ISRAEL.)
Otros fragmentos de la evidencia histórica confirman el mal carácter de Herodes el Grande, que concuerda con la evidencia bíblica: Josefo, escribiendo durante el primer siglo, cuenta que Herodes hizo que quemasen vivos a una serie de eruditos de la Toráh por haber eliminado las águilas doradas de Roma de las puertas del Templo, haciendo también asesinar a su esposa y a unos cuantos de sus hijos sencillamente por considerarles una amenaza para su propio trono. Temiendo que nadie llorase su muerte, ordenó a hombres, en miles, se encerrasen en el interior del hipódromo en Jericó para que fuesen masacrados cuando él muriese. Eso aseguraría que hubiese un gran duelo en el día en que él abandonase este mundo. Afortunadamente, para los implicados, esa orden nunca se llevó a efecto.