viernes, 26 de marzo de 2010

La Palabra (VII)

Viernes de Dolores, las puertas de la Semana Santa. Una semana queda para que se culmine la muerte de Nuestro Señor Jesucristo en la cruz de la vida. Dentro de una semana tendremos presente su sufrimiento a causa de nuestros pecado, pero hoy nos acordamos muy especialmente de su madre, de la madre de todos, María.


Ayer, día 25 de marzo se celebraba la concepción de Jesús, día en el que el Ángel anunció a María que iba a concebir al hijo de Dios y gracias al SI de María podemos celebrar cada año la Semana Santa.


Un día más tarde, recordamos el sufrimiento de María. Ella que sintió a Jesús en su vientre, ve como su hijo va a morir en la cruz. Dolorosa por que es su hijo, fruto de su vientre, el que va a ser crucificado, Dolorosa porque el que muere en la cruz es el Dios en el que Ella confia, y Dolorosa porque Él muere por nuestros pecados, inlcuidos los suyos.


Pero el dolor no puede con Ella, quiere acompañar a su hijo hasta el final y Él le hace el regalo más grande y más hermoso.

Junto a la cruz de Jesús estaba su madre, la hermana de su madre , María, la de Cleofás y María, la Magdalena. Jesús al ver a su madre y cerca al discípulo que tanto quería, dijo a su madre: "Mujer, ahí tienes a tu hijo". Luego, dijo al discipulo: "Ahí tienes a tu madre". Y desde aquella hora, el discípulo la recibió en su casa. (Jn 19, 25-27)


Desde este momento, María vuelve a ser madre. Ella que siendo Virgen, concibió a Jesús, ahora Él le regala la maternidad, no sólo de Juan, sino de todos nosotros. Desde este momento María es Nuestra Madre.


En el día de hoy, viernes cuaresmal y de dolores, acompañemos a María, nuestra Madre, en su dolor. Ella nos quiere como hijos suyos que somos, amémosla como una Madre lo merece.


Fotos: Traslado Dolorosa de Santiago al guardapasos.

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