jueves, 25 de marzo de 2010

Sevilla antes de Semana Grande

El fin de semana pasado, fin de semana de pasión y puente (para algunos) gracias a la festividad de San José, tuve la oportunidad de (como suele decirse) bajar a Sevilla. Tuve la suerte de estar en varios actos que para mi estarán siempre en mi recuerdo.

Para empezar, y no podía ser de otra forma, Triana. En la iglesia de Santa Ana el Señor de las Tres Caidas y la Esperanza de Triana estaban escuchando las oraciones de todos sus devotos, cada uno en sus andas, porque esa misma noche sería el traslado a la Capilla de los Marineros.



Despues de postrarme delante de la Morena de Triana, continuamos por ese magnifico barrio, hasta llegar al hijo de Dios crucificado en el momento de la expiración, El Cachorro, acompañado siempre de su Madre Patrocinio.



Continuando en nuestro caminar y realizando la visita cultural obligada, estuvimos en los lugares emblemáticos de la ciudad: La Torre del Oro, La Maestranza, La Catedral con la Giralda. Ambiente cofrade reina ya por el centro de la ciudad, con olor a incieso en muchas de sus calles.

Y volvimos al barrio, a Triana, allí nos estaban esperando Jesús de las Penas acompañado de María santísima de la Estrella, para acabar finalmente rezandole a San Gonzalo y su Madre la Virgen de la Salud.


Pero el día no acababa ahí, quedaba lo mas esperado. Llegaron las 10 de la noche y Triana salió a la calle. Trayecto corto desde la iglesia de Santa Ana hasta la Capilla de los Marineros, pero intenso. Todo la calle Pureza abarrotada para ver su Madre Esperanza acompañando a su Hijo, el Crito de las Tres Caidas. Solemnidad ante todo, no tengo palabras par definir lo que sentí en ese momento.



Y cuando todo parecia que terminaba, con los titulares de la Hermandad dentro de su capilla, la Salve Marinera empezo a ser cantada por todos aquellos que allí estabamos. Más de una lagrima fue derramada en esos momentos de emoción.


Así acababa un día de ensueño para comenzar el segundo con mas fuerza. Iglesia tras Iglesia, Basílica tras Basílica fuimos visitando las imágenes de la Madugá Sevillana. Y allí, en su basilica estaba Él, el Gran Poder cargando con nuestros pecados junto a su Madre Santísima del Mayor Dolor y Traspaso.



Continuamos nuestro recorrido de la Madrugá para llegar a otra basílica, la de la Macarena. Desde su Capilla la Esperanza Macarena mira a sus fieles a los ojos, mientras que el Señor de la Sentencia es condenado por nuetras culpas.



Y así llegamos a buscar a Nuestro Padre Jesús de la Salud (Los Gitanos) llevando el peso de la cruz, luchando por todos los hombres y seguido atentamente por su Madre María de las Angustias, ayudandole a soportar el dolor.



Y acabamos en Silencio, avergonzados de nuestras culpas, por haber condenado en Jerusalem al hijo de Dios. Pero Él y su madre María Santísima de la Concepción nos perdonaran siempre, como pecadores arrepentidos.



Para terminar nuestra visita cofrade, fuimos al barrio de Los Remedios. Allí nos esperaba el Cristo de las Cigarreras, para realizar un Via Crucis por el barrio. Alli, en su Capilla siempre acompañado de María Santisima de la Victoria.



La noche empezaba a acercarse y para terminar nuestra visita a Sevilla, concierto, 30 años de agrupación.La Agrupación Musical Nuestra Señora de Los Reyes quiso celebrar de la mejor manera posible sus 30 años haciendo disfrutar a costaleros, capataces, penitentes, cofrades todos con sus sones. No faltaron entregas de premios, saetas, emociones y como no, musica cofrade. Siete bandas fueron las invitadas.


Coronación de Espinas se encargo de abrir este fabuloso concierto. Seguidamente el inicio de la Banda de Cornetas y Tambores Presentación a Pueblo (Dos Hermanas) asombró a todos los presentes en su inicio con un solo de guitarra con cornetas.



Despues de unas saetas, hizo su puesta en escena la Agrupación Musical Nuestra Señora de la Encarnación y a continuación Las Cigarreras. Y llegó Triana. Y el público se deshizo en aplausos para la Banda de Cornetas y Tambores del Santisimo Cristo de las Tres Caidas. Más tarde, la Agrupación Nuestro Padre Jesús despojado interpretó marchas muy conocidas como Alma de Dios y salio aplaudida hasta "ser obligados" a tocar una nueva marcha.





El concierto tocaba a su fin, aparecieron los Reyes.


Aplaudidos desde su salida, nos deleitaron con marchas como Al compas de la Laguna, Caminando va por Tientos y A la Gloria. Y cuando todo parecia acabar, miembros de todas las bandas salieron al escenario y La Saeta sono en el Auditorio Rocio Jurado. Simplemente, impresionante, no tengo palabras para definir ese momento.


El domingo no dió para mucho, había que regresar a Ciudad Real para volver a oir a Los Reyes y ver a Nuestro Padres Jesús Nazareno (Procesión a la que la agrupación le dedica unas líneas en su web http://www.virgendelosreyes.es/portal/modules.php?name=News&file=article&sid=387 ).

Así termina un fin de semana para enmaracar.