viernes, 21 de mayo de 2010

La Palabra (XI)

Queridos capillitas, este fín de semana termina la Pascua de la Resurrección del Señor.

Jesús muere en la Cruz, en el árbol de la vida, por nosotros. Al tercer día, Jesucristo, resucita de entre los muertos demostrandonos que es el hijo de Dios y que nosotros algún día resucitaremos y estaremos con él en el Cielo.
Desde el Domingo de Resurrección hemos celebrado sus diferentes apariciones a los discípulos y recientemente, el domingo pasado, su ascensión a los Cielos. Es este domingo cuando Jesús nos manda el Espiritu Santo.


Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas, por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: "Paz a vosotros." Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: "Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo". Y dicho esto, exhalo su aliento sobre ellos y les dijo: "Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a queines se los rentengáis, les quedan retenidos". (Jn 20, 19-23)

Es en este momento cuand0 los discípulos reciben la fuerza para salir adelante, sin miedo a los judíos, a predicar, a perdonar los pecados, a evangelizar.


En estos tiempos que corren, donde los que creemos somos los raros y mal vistos, sed fuertes. Jesús nos envia el Espiritu Santo para continuar el camino que dejaron los apóstoles. Evangelizar, dar a conocer a Jesús, basta con ser ejemplo para los demás.

Dichosos los que creen sin haber visto.

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