Primer golpe: 2010: El año de Asenjo

PASIÓN SEVILLA

Mira que han ocurrido cosas este año: la agresión al Gran Poder, la salida de la Macarena al estadio Olímpico, el pregón de Barbeito y los peligros que subsistieron durante dos días en los que la celebración pendió de un hilo,  las salidas extraordinarias de La Estrella, de la Virgen del Rosario de Montesión y de la Virgen del Buen Fin; la Coronación de la Virgen de Regla y el anuncio de que el año que viene se va a Madrid a poner el broche de oro a la Jornada Internacional de la Juventud; el crispado cabildo de la Esperanza de Triana en el que se dijo no al viaje del Cristo de las Tres Caídas, el controvertido estreno de la cofradía del Sol que hace la número sesenta de la nómina… 

Son, todas, noticias que por si solas reinarían como gran titular de un resumen del año. Si bien es verdad que este 2010 que casi se nos está acabando pasará a la historia por haber sido aquel en el que un descerebrado intentó destrozar al Gran Poder o por el de la magnífica locura macarena de llevar a la Virgen de la Esperanza al Olímpico convertido en la antesala del cielo para que una monja, Sor María de la Purísima subiera a los altares, un nombre propio, el del nuevo Arzobispo de Sevilla ha logrado situarse en la cúspide de las realidades del mundo de las cofradías. Ha sido en 2010 cuando hemos empezado a conocer el perfil de este hombre que a veces es entrañable en el trato y a veces distante.

Después de más de 25 años de pontificado de Carlos Amigo este año se ha comprobado como un arzobispo no tiene por qué ser igual que el otro. Hemos perdido en diplomacia, en sutileza, pero hemos ganado en claridad. Las cofradías, cuando quieran saber qué quiere la Iglesia de ellas ya no tienen que llamar a la echadora de cartas para que interprete o adivine las palabras del mitrado; Asenjo es claro, como el agua, y llama a las cosas por su nombre; a la Resurrección: hermandad de gloria; a las hermandades sin mujeres: que esto se va a terminar; a la Esperanza de Triana que dijo no al viaje del Cristo de las Tres Caídas a Madrid: faltos de eclesialidad y al Consejo, aparte de otras muchas cosas que han llegado a asustar a la cúpula por la intención intervencionista, que le tienen que enseñar antes los nombres de los candidatos al pregón para dar el visto bueno.  Asenjo ha ensañado pronto su perfil conservador en una diócesis cuyos dos últimos titulares – Bueno Monreal, sus auxiliares Amigo Vallejo y un buen número de sacerdotes- han representado al pensamiento progresista de la Iglesia al que es mejor denominarlo moderado.  Ese perfil, esa claridad, ese interés no escondido de querer estar al tanto de todo son los que nos han permitido conocer la personalidad del hombre que este año ha brillado tanto con luz propia en el firmamento de la Semana Santa como para bautizar a este 2010 con su apellido: el año de Asenjo.