miércoles, 26 de enero de 2011

Un Cuento para Pensar

¿Cuántas veces nos hemos preguntado si Jesús nos ha abandonado? ¿Cuántas veces nos preguntamos porque Dios permite que nos nuestros proyectos lleguen a buen puerto? ¿Por qué sufren enfermedades nuestros seres queridos? ¿Dónde está Dios en esos momentos?...

Una noches un hombre tuvo un sueño. Soñó que caminaba a lo largo de una playa con el Señor. En el cielo, las escenas de su vida se iban proyectando rápidamente. Conforme pasaban cada una de las escenas, dos pares de huellas de pies aparecían en la arena, unas de el y las otras del Señor.


Cuando la última escena de su vida pasó ante él, miro detrás las huellas que habían aparecido. Se fijó que muchas veces a lo largo del sendero de su vida, sólamente hubo un par de huellas. Se dió cuenta que ésto sucedía en los momentos más tristes y solitarios de su vida.

Este hecho le molestó y le preguntó al Señor: "Señor, tu dijiste que una vez que decidí seguirte, tu caminarias todo el camino conmigo, pero he notado que en los momentos más dificiles de mi vida, solo hay un par de huellas en la arena. Yo no comprendo porque cuando más te he necesitado me has dejado solo."

El Señor contestó: "Hijo mio, mi querido hijo, yo te amo y nunca te he dejado. En medio de tus pruebas y sufrimientos, cuando solo has visto las huellas de tus pies, es porque yo te llevaba en mis brazos..."

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