Para comenzar este apartado, hay que hacer una obligada parada en la figura de Rafael Ariza Aguirre (1882 - 1966), fundador de esta saga familiar de capataces y conocido como "Ariza el viejo". Fue costalero de la cuadrilla de Rafael Franco Luque y empezó como capataz en 1910, sacando la Hermandad del Prendimiento. Recibio del Ayuntamiento, como decano de los capataces en el año 1964, la medalla de bronce de sevilla. También el consejo general de HH y CC le concedió en 1986 el Nazareno de Plata.
Rafael Ariza Sánchez, capataz, nació el 15 de diciembre de 1937 en Sevilla. Continuador de la dinastía forjada por su abuelo y continuada por su padre José Ariza Mancera. Junto a su hermanoJosé Ariza Sánchez, ha sabido transmitir sus enseñanzas a los cofrades que como costaleros van en la actualidad mandando las andas procesionales.
Capataz Profesional y Maestro de capataces, pertenece a la tercera generación de una saga familiar en la que su abuelo, su padre, él mismo, y sus hijos, han estado siempre en la élite del mando de cuadrillas.
El número de Cofradías que han ido y van bajo su mando es incontable. Habrá pocas Hermandades de Sevilla que no hayan procesionado bajo el sello de los Ariza. Ha recibido eñ Nazareno de Plata por parte del Consejo General de Hermandades y Cofradías, Premio Demófilo 1992, por la Fundación Antonio Machado y en 1994 también el diario El Correo de Andalucía reconoce su labor al frente del martillo.
El 29 de marzo de 2003, con ocasión del 40 Aniversario al frente de la cuadrilla de costaleros de la Hermandad de La Soledad de San Lorenzo, se celebró una cena homenaje a los capataces D. Rafael y D. José Ariza Sanchez.
Ambos hermanos siguen la tradición junto con sus hijos, Toni, Ramón, Pedro y Rafael, que continúan con la dinastía en la Hermandad de la O y la Soledad, aunque sus hijos Rafael, Pedro y Ramón van con Carlos Yruela Rojas en el Rocio y Ntra. Sra. de los Sastres y Rafaelito y Pedro va también con Carlos Yruela en Santa Cruz. José Ariza se retira el Sábado santo de 2009, tras medio siglo mandando pasos
Tras estar ingresado a causa de una grave enfermedad terminal, Rafael Ariza murió en la tarde del viernes 1 de octubre en el Pabellón Vasco. Sus restos mortales estuvieron en el Tanarorio de San Jerónimo en la sala 5 y 6. y el sábado 2 de octubre de 2010, la Parroquia de la O recibió su cuerpo para darle el último adiós al maestro, siendo posteriormente incinerado en La Algaba.
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