miércoles, 13 de julio de 2011

HISTORIA DE LA MÚSICA (V)

QUINTA ETAPA: POSTGUERRA Y EMILIO CEBRIÁN

          La crisis que conlleva la Guerra Civil Española también se hace presente en todo lo que concierne a las cofradía, afectando, lógicamente, a la música procesional. Muchos son los compositores que pasan por malos momentos. Manuel Font y de Anta encuentra la muerte a muy temprana edad, muchas bandas subsisten de forma muy precaria, algunas cofradía dejan de procesionar, desciende el número de composiciones de marchas procesionales, y las que ven la luz, presenta melodías dramáticas. “VI Dolor” de Manuel Borrego Hernández, junto a alguna obra de Farfán, son testimonios vivos del periodo. Con la postguerra, poco a poco se vuelve a la normalidad, y el arte al servicio de las cofradías, donde no podía faltar la música, se recupera

          En la provincia de Sevilla ya funcionaban bandas de gran fama cofradiera y que podemos disfrutar en cada Semana Santa, Como la Banda de Las Nieves de Olivares o las de Salteras, El Carmen y La Oliva
          La mayoría de marchas que se escuchan tras un paso de palio, como hemos comentado en alguna ocasión, son de procedencia sevillana, y las diversas semanas santas de Andalucía las han importado por su brillantez y calidad. Hay contadas excepciones en las que Sevilla, y por tanto el resto de Andalucía, haya incorporado marchas compuestas por autores no vinculados a dicha ciudad o dedicadas a imágenes o hermandades no hispalenses. Pero los casos contados que existen son imprescindibles en este recorrido por la marcha de procesión. Uno de ellos es el de Emilio Cebrián y su archiconocida "Nuestro Padre Jesús". 

          Emilio Cebrián nació en Toledo aunque se afincó en Jaén (es el autor de su himno) donde dirigió a su banda municipal. Compuso cuatro marchas donde dejó clara su calidad como músico. Sin embargo su prometedora carrera se truncó muy pronto al fallecer a los 43 años en un accidente. Su marcha mas conocida es "Nuestro Padre Jesús" (1935) que dedicó a Ntro. Padre Jesús Nazareno, el "Abuelo", de Jaén. En los últimos años de la década de los noventa, las bandas han ido incorporando a sus repertorios las otras obras de Cebrián como son "Macarena" (1943), "Cristo de la Sangre" (compuesta en 1941 y dedicada al mismo cristo de Toledo) o "Jesús Preso" (fechada en 1943 y dedicada a dicha hermandad de Jaén), todas ellas de un primerísimo nivel y que nunca deberían de dejar de escucharse. "Cristo de la Sangre" y "Jesús Preso" son marchas de estilo fúnebre mientras que "Macarena" es una marcha de carácter lento y que se ha convertido en una de las preferidas por las hermandades para interpretarse en los momentos más íntimos de su recorrido. Lo mismo se podría decir de "Nuestro Padre Jesús" pero esta marcha incluye aspectos "lópezfarfanianos" como es el fuerte de bajos, con lo que encaja perfectamente con el estilo sevillano de marcha procesional. La obra completa de Cebrián es fácil de recopilar puesto que muchas bandas han grabado sus marchas en sus últimos trabajos discográficos.

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