Todavía está en la memoria reciente de los cofrades el hecho que vamos a comentar. Cuando la Hermandad de la Macarena estaba saliendo de la Catedral, en 1995, le sorprendió la lluvia, de forma que el paso de la Virgen se quedó esperando en el interior del Templo. Aguardando a poder salir le tocó el turno a la Hermandad de la Esperanza de Triana, y cuando llegó a la altura en que estaba el paso de la Macarena, el capataz del paso de palio mando revirar el paso quedando ambos frente por frente y se cantó una salve. El momento, lleno de sentimiento, terminó con un ¡Viva la Virgen de la Esperanza! Que sonó en el alma de toda Sevilla eterna, la misma que sabe que Madre de Dios sólo hay una, aunque cada uno llevemos una advocación en nuestro corazón.
El Calamar
Cuentan que cuando se hizo la famosa escultura del caballo que figura en el paso de misterio del Señor, el grupo de hermanos que lo habían donado firmaron en él, para que quedara un recuerdo de su contribución. Por este motivo, en un circulo cofrade bastante guasón, empezó a decirse que tenia el caballo mas tinta que un calamar, y de ahí el mote cariñoso que se le puso.
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