
"A los principios que empezó la dotación del S. D. Mateo Vázquez de Leca, Arcediano de Carmona y canónigo, para que toda la Octava del Corpus se manifestase el Smo. Sacramento por las siestas, traían los maestros de danza a los niños que enseñaban, y en las siestas danzaban delante del Smo. Sacramento, y de aquí se tomó motivo para vestir los seises y que danzasen como hoy se haze".
Sabemos incluso cómo se desarrollaban aquellas Exposiciones del Santísimo vespertinas en el siglo XVII, a la hora de sexta, cuando Vázquez de Leca quiso que los niños seises participaran también con su danza sagrada ante el Señor. La cláusula tercera de la escritura del Arcediano, presentada al Cabildo hispalense en 1613, dice lo siguiente: "...mandará el señor diputado [del Cabildo], antes de la fiesta, llamar al maestro de capilla desta Santa Iglesia y le dará orden para que lo que se cantare en los seis días de la octava del Santísimo Sacramento se varíe, de modo que no se cante un día tras de otro una misma cosa, y que en ello se tenga el orden que se sigue: Ha de entrar cada tarde, al principio, la capilla de cantores con el primer verso de Pange lingua, y hanse de cantar dos chanzonetas bailando los muchachos con sus vestidos de danza, y un motete nuevo que canten las capillas juntas de ministriles y cantores, y entre el motete y las chanzonetas una vez se tocará la corneta al organillo y otra vez, al mismo, cantará algún cantor de buena voz, y otra vez los ministriles solos tocarán algún motete, para que, en esta variedad, el pueblo pueda ser movido a mayor devoción.
Y últimamente se ha de rematar la fiesta (=siesta), cada tarde, con el Tantum ergo que dicen de Ureda, e irán dos cantores a los órganos del coro, y llevando el maestro de capilla el compás, en la puerta del pavimento, cantarán las dos coplillas de cantores y ministriles, sonando los tres órganos y haciendo señal en la torre para las campanas y, a un mismo tiempo, se encierre a nuestro Señor, al Benedicamus Dómino".
Así pues, con la dotación económica que el Arcediano de Carmona ofreció a nuestro Cabildo Catedral, para la celebración solemne de la Octava del Corpus, se institucionalizó la danza sagrada de los seises, como parte integrante de la celebración eucarística vespertina.A partir de este momento podemos hablar, en sentido propio y verdadero, de seises de Sevilla.
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