Ya se marchó, pero no ha dejado indiferente a nadie. Ayer recibíamos con las manos y nuestros corazones abiertos al Icono de María y a la Cruz de los Jóvenes. Y hoy, hace escasamente una horas han partido a seguir su camino por la diócesis de Ciudad Real.
Este fin de semana tendrá lugar la Marcha de Adviento, donde más de 800 jóvenes nos reuniremos para despedirnos de la Cruz y del Icono y entregárselos a la Diócesis de Toledo para que sigan su camino por la geografía española.
En la tarde de ayer y en la mañana de hoy se han vivido momentos intensos de oración y comunidad. Donde cientos de jóvenes han podido tocar y tener en sus brazos el regalo más grande que Juan Pablo II nos pudo ofrecer en 1984: La Cruz de Cristo.
Jóvenes cristianos, esta Cruz es nuestra, tuya y mía, y de aquellos que compartimos nuestra Fe en Cristo. Cumplamos la misión que nos encomendó Juan Pablo II:
"Queridos jóvenes, al clausurar el Año Santo os confío el signo de este Año Jubilar: ¡La Cruz de Cristo! Llevadla por el mundo como un signo del amor del Señor a la humanidad y anunciad a todos que sólo en Cristo muerto y resucitado hay salvación y redención" (Roma, 22 abril 1984)
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