miércoles, 2 de marzo de 2011

CREER EN MI "JESÚS ES CRUCIFICADO"

Y pusieron sobre su cabeza su causa escrita: ESTE ES JESÚS, EL REY DE LOS JUDÍOS. Entonces crucificaron con él a dos ladrones, uno a la derecha, y otro a la izquierda.Y los que pasaban le injuriaban, meneando la cabeza,y diciendo: Tú que derribas el templo, y en tres días lo reedificas, sálvate a ti mismo; si eres Hijo de Dios, desciende de la cruz.

De esta manera también los principales sacerdotes, escarneciéndole con los escribas y los fariseos y los ancianos, decían:


-A otros salvó, a sí mismo no se puede salvar; si es el Rey de Israel,

descienda ahora de la cruz, y creeremos en él.


-Confió en Dios; líbrele ahora si le quiere;porque ha dicho: Soy Hijo de

Dios.

-Deja, veamos si viene Elías a librarlo mismo le injuriaban también los ladrones que estaban crucificados con él. Y desde la hora sexta hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena.

Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo:

-Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?


Algunos de los que estaban allí decían, al oírlo:

-A Elías llama éste.


Y al instante, corriendo uno de ellos, tomó una esponja, y la empapó de

vinagre, y poniéndola en una caña, le dio a beber. Pero los otros decían:

-Deja, veamos si viene Elías a librarle.

Mas Jesús, habiendo otra vez clamado a gran voz, entregó el espíritu.Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló, y las rocas se partieron; y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que había dormido, se levantaron; y saliendo de los sepulcros, después de la resurrección de él, vinieron a la santa ciudad, y aparecieron a muchos.

El centurión, y los que estaban con él guardando a Jesús, visto el terremoto, y las cosas que habían sido hechas, temieron en gran manera, y dijeron:

-Verdaderamente éste era Hijo de Dios.


Estaban allí muchas mujeres mirando de lejos, las cuales habían seguido a Jesús desde Galilea, sirviéndole,
entre las cuales estaban María Magdalena, María la madre de Jacobo y de
José, y la madre de los hijos de Zebedeo.



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