Ayer fue el día de Santa Barbara, patrona de los mineros. Puertollano honra a los mineros que se jugaron diariamente la vida por llevar una hogaza de pan a su famélica familia. Ya en esta ciudad no se oyen las bicicletas de los mineros que de madrugada iban al fondo de la tierra, sin embargo todavía quedan algunos valientes que viven para contar todos los infortunios, que ocasionan vivir medio día en la mina.
Allá por los años 60 se cierran las minas, pero se siguen explotando otras a cielo abierto. Con la llegada de la democracia ese espíritu de cambio de los trabajadores se canaliza con una participación en los partidos políticos de clase. Y así no es de extrañar que en ésta ciudad a día de hoy la izquierda política gobierne.
En fin, una ciudad arraigada totalmente a la minería. Unas raíces unidas al carbón y que crecieron gracias a este. Toda una historia recordada por nuestros mayores y a los que tenemos que agradecer toda evolución desde su época hasta la nuestra.
Una evolución que ha costado mucho sufrimiento, lucha y fuerza para que a partir de la nada, a partir prácticamente de un terreno solitario, surgiera lo que hoy es Puertollano.
Por eso desde el blog, queríamos dar nuestro pequeño homenaje a todos aquellos que trabajaron en las minas o que al menos tuvieron relación con respecto a ellas.
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